Vino Generoso

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Vino generoso pedro ximenez dulce venerable de osborne

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Vino generoso pedro ximenez

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Precios de generoso

Hay 159 tiendas online que venden generoso. Teniendo en el catálogo de vinos.wine 533 marcas diferentes que se incrementan hasta 1730 si incluimos sus respectivas añadas. Todos estos generosos pertenecen a treinta y tres regiones y denominaciones diferentes, siendo Porto la región con más generosos. La palomino fino es la variedad de uva más empleada en la elaboración del generoso, utilizándose hasta otros sesenta y uno tipos de uva diferentes. El precio mínimo de los generosos en vinos.wine parte de los 3.66 euros, llegando hasta los 2904.00 euros por litro.

¿Qué son los vinos generosos?

Se denomina vino generoso a aquel cuya graduación alcohólica oscila entre los 15 y 23º, lo que se consigue añadiendo alcohol vínico durante el proceso de fermentación, de ahí que suela también recibir el nombre de vino fortificado. Estos vinos son elaborados mediante específicos sistemas de crianza (biológica, oxidativa o mixta) que les confieren unas características peculiares.

Existen numerosas clases de vinos generosos. Los más populares son los vinos finos, que son secos, livianos y de color claro, con una menor graduación alcohólica (entre 15 y 17º); los olorosos, que tienen un color más oscuro y sabor más dulce, con entre 18 y 19º de graduación alcohólica, y los amontillados, también dulces en cuanto a sabor, con aroma de avellanas, y una graduación alcohólica de unos 19º. Otras variedades de generoso serían el manzanilla, el raya o el palo cortado, entre otros.

¿Cómo se hace el vino generoso?

Los vinos generosos se consiguen a partir de vinos jóvenes con una graduación alcohólica de entre 11 y 15º. Estos serían los llamados vinos base, sobre los que tiene lugar el proceso conocido como “encabezamiento”, que consiste en añadir alcohol vínico para aumentar dicha graduación.

La crianza de estos vinos varía en función del tipo de que se trate. Los finos y los manzanillas, por ejemplo, evolucionan mediante una crianza biológica en la que intervienen levaduras que se amontonan en su superficie para formar lo que se conoce como “velo de flor”. Esto hace que sean vinos muy pálidos, ya que este velo los protege de la oxidación. Por su parte, los vinos olorosos se elaboran mediante crianza oxidativa, donde la evolución tiene lugar gracias a la acción sobre el vino del oxígeno, lo que les confiere mucho carácter. Finalmente, los amontillados tienen un sistema de crianza mixto que combina el velo de flor con un periodo ulterior donde este desaparece y el vino es expuesto a la oxidación.

Características

Los vinos generosos se caracterizan por tener mucho volumen y un aroma muy potente, cercano incluso al del brandy. Dependiendo del tipo de vino, los hay muy secos, como los finos, o más dulces. Son vinos que ofrecen una amable entrada a boca y equilibrada acidez.

Dentro de las distintas variedades, los vinos finos se distinguen por su color oro pálido, sabor seco y un punzante aroma a levadura con toques de almendra y avellana. Los manzanillas son asimismo secos, pero más almendrados en su aroma. Los vinos olorosos tienen un color oscuro y son muy ricos en sabor, con un aroma potente a nuez y caramelo. En cuanto a los amontillados, estos son vinos que presentan una tonalidad topacio tirando a ámbar, con un aroma muy sutil a frutos secos y hierbas aromáticas.

¿Con qué marida los generosos?

La amplia variedad existente en cuanto a vinos generosos los hace muy versátiles, capaces de combinar a la perfección con muchos tipos de alimentos, dependiendo siempre del tipo de vino. Son en todo caso muy estimados para maridar con postres, incluidos los de chocolate, y pasteles con bases de brutas. Combinan asimismo muy bien con todo tipo de frutos secos, pescado azul, carnes blancas y platos especiados.

Son vinos para paladear y beber muy pausadamente, disfrutando de la cata y su presencia en las comidas. Son muy típicos en el tapeo, ya que se adaptan muy bien a la mayoría de los sabores. Esto los hace ideales, por ejemplo, para acompañar con quesos curados y jamones de calidad, a los que aportan su toque personal. También casan muy bien con determinadas verduras, como puedan ser alcachofas o espárragos.